Una Noticia Política
Una noticia que dio la vuelta al mundo la semana pasada es que en Colombia surgió un nuevo partido político que liga legalmente a la civilidad y al ejercicio de la política a las antiguas guerrillas FARC-EP, ahora denominados partido Fuerza Alternativa Revolucionaria Del Común, FARC.
El nombre que busca resemantizar el antiguo significado en una nueva personería política ha causado polémica; hay sectores de oposición a los Acuerdos logrados para poner fin al conflicto armado que han considerado una afrenta y un gesto intimidatorio contra las víctimas la denominación del nuevo partido; otros sectores, incluso cercanos al nuevo movimiento legal, lo consideran un error de marketing, dado que las encuestas y los análisis de percepción pública le dan poca favorabilidad a la opción que viene y surge de las FARC-EP.
Lo cierto es que el acto fundacional del partido FARC ha tenido un inicio de expectativa, en la medida en que han hecho los exinsurgentes y sus allegados un encuentro público para discutir sus ideas de partida y han invitado a la ciudadanía a la plaza pública, a la calle, para reportar su existencia; además han concurrido a expresar sus ideas abiertamente. Se puede o no estar de acuerdo con la nueva opción, pero es bueno que en un país con partidos de bolsillo, con pocas familias en las directivas partidarias, con tantas clientelas y hábitos corruptos, surjan opciones diferentes que generen tendencia hacia la reconciliación, la paz y la democracia.
La polémica es incluso comprensible en una nación tan acosada por fantasmas, miedos y pasiones, por pulsiones colectivas agresivas. Digámoslo claramente: la política en su ADN mueve emociones, sentimientos y en eso cada quien tiene su corazón y su gusto, sus inclinaciones; lo que si no es aceptable es que esa emocionalidad colectiva de la política se manipule, se instrumentalice, se compre y se venda, anclándonos al pasado de violencia y exclusión.
Ojalá estas generaciones actuales y las venideras podamos leer esta noticia de las FARC nuevo partido político como un llamado a cambiar las formas de participación social y ciudadana, y sobre todo las formas de tener acuerdos y desacuerdos colectivos. Buen camino a los nuevos actores civiles de la política en Colombia.
Jesús Darío González Bolaños