Infección (Fragmento)
A continuación, presentamos este fragmento del relato de nuestro Andrés Caicedo, “Infección”: sólo queremos dejar sobre el breve escrito, preguntas que le sobrevienen.
“(Odiar es querer sin amar. Querer es luchar por aquello que se desea y odiar es no poder alcanzar por lo que se lucha. Amar es desear todo, luchar por todo, y aun así, seguir con el heroísmo de continuar amando. Odio mi calle, porque nunca se rebela a la vacuidad de los seres que pasan por ella. Odio los buses que cargan esperanzas con la muchacha de al lado, esperanzas como aquellas que se frustran en toda hora y en todas partes, buses que hacen pecar con los absurdos pensamientos, por eso, también detesto esos pensamientos: los míos, los de ella, pensamientos que recorren todo lo que saben vulnerable y no se cansan. Odio mis pasos, con su acostumbrada misión de ir siempre con rumbo fijo, pero maldiciendo tal obligación. Odio a Cali, una ciudad que espera, pero que no les abre las puertas a los desesperados)”
La última frase se ha vuelto célebre para hablar de la ciudad caicediana. Amor y odio que es desconsuelo, desespero, porque contenido y forma, esencia y decorado de la vida urbana no cambian y se hacen sufrientes espiritual y socialmente; en esos términos Andrés recrea el sentido de la desazón existencial en la que sobreviven no solo los adolescentes y las juventudes de todas las clases en la vida urbana; otros urbanos generacionales, infantes, adultos y viejos, nos enfrentamos con el ceño de esa desesperada angustia de que la ciudad contenga tanto bullicio y tanta soledad a la vez.
¿Cómo vives tú la Cali de hoy, la de las paredes internas que sensiblemente se te salen del cuerpo? ¿será que este hoy admite otras expresiones que le contesten al Andrés Caicedo de entonces?
Andrés Caicedo