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La pérdida de ciudad y de Estado local


Recibimos recientemente la visita de personas que respirando a Cali por muchos años, se habían distanciado de su cotidianidad; después de varias expediciones por la ciudad de hoy fue evidente una sensación en ellos que podría enunciarse de la siguiente manera:


Hay muchas casas y edificaciones abandonadas, las zonas verdes están muy desatendidas y las paredes de zonas muy concurridas como la calle Quinta lucen sucias y rayadas de una manera deprimente...


Lo cierto es que salvo algunos zonas privilegiadas como el Peñón, Granada, el Parque del Perro, La carrera 66 a la altura del Limonar, Los parques de San Antonio, laLoma de la Cruz y Sebastián de Belalcazar, La Avenida cañasgordas; todos estos lugares reconocidos como zonas rosa y áreas de visita turística, la ciudad, sobre todo en su zona central tiene una precaria dinámica de gestión urbanística.


El asunto es de todos, porque nadie manda al vecino a dejar abandonada su casa o a perder el vecindario, nadie manda a uno que otro desadaptado a que raye con mamarrachos las paredes (que conste que se diferencia ahí el graffiti y la expresión política de la banalidad estética), pero otro asunto sería las responsabilidades de Estado (no solamente del gobierno de turno) que son inexcusables,tanto desde el punto de vista del control y la regulación, como desdela perspectiva de la gestión y el apoyo a emprendimientos ciudadanos.


Pensemos solo en algunos puntos del recorrido por la ciudad: ¿quién controla la cantidad de lotes de engorde, casas y edificios abandonados, así como construcciones no terminadas a lo largo de la Auto-pista Sur oriental?, ¿Por qué están tan abandonados los sardineles y zonas verdes de la Pasoancho?, ¿será que la calle Quinta, nuestra más amada vía, merece estar llena de rayones en las paredes, suciedades, y edificios abandonados?, ¿Por qué los barrios del centro se han tugurizado de manera tan dantesca?, en particular ¿Por qué barrios republicanos y coloniales como la Merced y Santa Rosa, se han dispuesto como zonas de parqueo destruyendo predios patrimoniales de la ciudad, manteniendo eso si las fachadas?


Esto asuntos están a la vista, es necesario que cada habitante de la ciudad haga el balance paisajístico de sus trayectos; quizás encontrara muy poco de renovación urbana y mucha falta de calidad de vida, por ese tipo de asuntos es que la ciudad genera temores,miedos e incluso apatías. Dicho claramente, la decidía genera decidía; Podríamos preguntar por la responsabilidad de cada dueño de predio, por la responsabilidad de la oficina de planeación municipal en el control y ordenamiento urbanístico que es un caos, o por nuestro propio compromiso. Mientras hacemos el balance bien hecho dela perdida de ciudad y de Estado local que oriente y regule, ¿no será que nos animamos y le hacemos una lavadita y unos arreglitos a la parte de la ciudad que nos toca?


Jesús Darío González Bolaños.





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