Hidroituango y la ruta de país
El país lleva semanas en vilo por una represa mal hecha, y no hay quien de cara y asuma la responsabilidad. El gobernador de Antioquia y el alcalde le tiran la pelota al presidente, el presidente se la devuelve a EPM, EPM dice que es asunto de la naturaleza. Lo cierto es que hacen aguas las instituciones y sus responsabilidades se las lleva el rio y las poblaciones desplazadas que han sido victimizadas en medio de la voracidad y las ambiciones de los grupos políticos y financieros hijos del viejo país. Lo cierto es que el fenómeno indica que no tenemos pero necesitamos Estado.
Vale la pena preguntar con la emergencia de Hidroituango ¿Qué es lo que se expresa como crisis de Estado y de sociedad? Es posible afirmar que hace crisis la matriz energética y el régimen de usura que se ha establecido desde las políticas neoliberales de los gobiernos en los últimos treinta años, hace crisis el descuido y la desprotección ambiental, el desprecio por las comunidades rurales que se han opuesto con sentido común a los macro proyectos hidroeléctricos y a la macro minería, hace crisis el modelo extractivista, hacen crisis los modelos de privatización del Estado que promueven pléyades de políticos y empresarios corruptos, hace crisis la vida cuando la usura se pone al centro de las instituciones que han terminado deslegitimadas e inoperantes.
En medio de la desgracia en ciernes, ejerciendo la solidaridad con las comunidades de tres departamentos que mantienen en vilo en las márgenes de la vertiente del Cauca, también vale la pena recordar que la ciudadanía tiene la oportunidad de superar las causas de la tragedia que se cierne sobre nuestro territorio con el caso de Hidroituango en las elecciones de esta semana. No podemos dejar que con eufemismos como el decir “es asunto de la naturaleza”, se soslayen responsabilidades que incluso exceden este caso y se han vuelto modelo repetido del accionar institucional. Se impone un voto castigo a los sectores políticos responsables de esta crítica situación, enviando un mensaje colectivo dirigido a cambiar de política al frente del Estado. Hay que castigar el 27 de mayo a los que han gobernado con el modelo de Hidroituango, no más votos para la corruptela Uribista – Santista; un nuevo país es posible.