Claro que Cali es bella, esa que se levanta en medio del aguacero, esa que recibe los arreboles y los anuncios de borrasca al atardecer con cielos infinitos que quien los ve nunca podrá olvidar. Cali es bella en la Calle Quinta, en su camino real que, a pesar del abandono, sigue abarcando de sur a norte la intuición de amorío entre las montañas del farallón y las huellas de un valle otrora frondoso que hoy sobrevive, bello, entre cenizas.
Claro que Cali es bella, con sus ventas de jugo de naranja, de arepas, pándebonos y buñuelos en cada esquina, con sus radios prendidos, con su jolgorio que camina como bailando y que habla como cantando; con su taller improvisado, con sus ventas ambulantes: “le vendo minutos. A la orden, vive cien, vive cien, le tengo la piña, la piña, barata la sandía pal calor, tenemos el juguito de uva, la vitamina, la vitamina, le limpio el vidrio patrón, se la tiene la gafa, la gafa…”.
CALI BELLA
Nuestro patio, es un lugar físico y virtual que cuenta con un frondoso árbol, pensado para propiciar encuentros ...