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Redes sociales: No vender el sofá

En el escenario internacional Donald Trump en EE.UU., Marinne Le Pen en Francia o Nigel Farage y el Brexit en el Reino Unido –Gran Bretaña, en el ámbito nacional muchos de los promotores del NO en plebiscito por la paz o Álvaro Uribe Vélez y sus constantes ataques a periodistas y contradictores, además de sus bloqueos en twitter a múltiples seguidores, han sido o son noticia permanente en los medios de comunicación y comidilla de las redes sociales en donde unos los critican y atacan y otros alaban y defienden, generando ante todo un gran efecto publicitario y mediático que los mantiene en el radar político, última intensión de estas prácticas hoy llamadas de la post-verdad*.

De igual modo encontramos portales web como www.12minutos.com o www.noticias-frescas.com especializados en “ayudarte” a crear noticias falsas y difundirlas por las redes sociales a manera de “bromas”, de hecho el slogan de 12minutos.- com es “crea tu noticia falsa y engaña a tus amigos” y podríamos enumerar una gran cantidad de ejemplos en los cuales las redes sociales en particular y la internet en general permiten crear “ficciones, bromas o men tiras” que pretender divertir o manipular, generando agresiones y violencia.


Ahora bien, si damos una rápida mirada a las secciones de comentarios de los diarios, semanarios y portales de noticias encontraremos que la tendencia mayoritaria es la de agredir a quien escribe o a quien comenta y está en oposición a uno u otro planteamiento. Más de lo mismo: violencia y agresión.


Un último ejemplo, Sarahah es una aplicación que en estos momentos es tendencia y tiene como fin que, desde el anonimato, puedas decirle lo que quieras a alguien.


Como puede verse, las redes sociales y la virtualidad están evidenciando prácticas violentas, intolerantes e irrespetuosas aumentando los niveles de prevención y, porque no, de miedo en las personas; motivo por el cual es cada vez más recurrente encontrar llamados de alerta en el sentido del control y la sanción moral y legal, tal es el caso del estado Alemán en el que una ley multa o encarcela a quien propague mensajes de odio en las redes.


Ahora bien, hoy es un hecho que las redes virtuales son un espacio de socialización fundamental, cercenarlas o evitarlas no es algo factible, ni deseable; no se trata de seguir con el Estado policivo del gran hermano que censura, controla y somete, de lo que se trata es de educar realmente en el respeto a la diferencia y la diversidad; esto es, en derechos humanos y democracia porque, finalmente, por la vía de nuevas leyes que restrinjan la libertad de expresión podremos terminar haciendo lo de aquella persona traicionada por su pareja en el sofá que, antes de solucionar por las vías del diálogo, prefirió vender el sofá.

William Rodríguez


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