La casa de los tres arcos
En la casa de los tres arcos
hay un paso
de rostros insondables
de semillas de lágrimas y risas
en cada rincón del soleado patio
allí el tiempo incinera
los latidos de las fieras
y presagia a puerta abierta
una vertiente invisible
que dibuja en la abstracción de los espejos
la historia que abastece
el flanco de la otra orilla.
Anónimo