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Los Cultivos Ilícitos y su Huella Ambiental


Recientemente en el país ha surgido lo que podría denominarse un movimiento cocalero que ha enfrentado la política de sustitución que el gobierno viene agenciando, oposición que se ha vuelto visible en los últimos días en Tumaco y Tibú. Si bien las acciones de sustitución son un eje nodal dentro de los Acuerdos para la paz, hay un asunto que se discute poco y es la dimensión ambiental. Los cultivos ilícitos no son solamente un problema político y social, se encuentran estrictamente relacionados con la deforestación, la contaminación de fuentes hídricas y el deterioro por el uso del suelo en algunas zonas de selva y Parques Nacionales de nuestro territorio.


Si lo miramos desde el punto de vista de monocultivos, el solo hecho de adaptar un entorno natural a condiciones ideales para un cultivo intensivo hacen que se impacten de manera negativa factores como la capacidad agroecológica del suelo, teniendo riesgos de pérdida por la erosión y salinización del mismo ya que no se tienen en cuenta prácticas para su conservación. Por otro lado, el uso de diversos agroquímicos en este tipo de cultivos como fertilizantes, pesticidas, fungicidas, algunos incluso prohibidos y obsoletos como el Parathion y sustancias organocloradas, para aumentar y sostener la productividad, provoca efectos dañinos a la salud humana, animal y al medio ambiente como la pérdida de la diversidad del suelo, contaminación de los recursos hídricos y del mismo suelo e impacto en el equilibrio del ecosistema.


No obstante, en Colombia, las zonas óptimas para este tipo de cultivos ilícitos son las zonas boscosas ya que permiten ocultar su detección ocasionando en estos territorios el incremento de la deforestación, destrucción de la cobertura vegetal, alteración del ecosistema por adecuar los terrenos a estas actividades, generando un desequilibrio en estos bosques. Existen algunos estudios que demuestran que “En Colombia se deforestan 111 hectáreas de selva al día según los reportes de la Policía Antinarcóticos. De 59 Parques Nacionales Naturales, 16 están afectados por la pérdida del bosque como consecuencia de los cultivos ilícitos”


Los puntos de deforestación coinciden con algunos departamentos donde se detectan las mayores extensiones de cultivos de coca, como es el caso del Departamento de Nariño, específicamente en Tumaco, tristemente esta situación también relaciona a estas zonas del país como las más abandonadas y faltas de oportunidades para sus habitantes, en donde los cultivos ilícitos llegaron a llenar esta ausencia de Estado, dando trabajo y dinero a costas de degradar la tierra y acabar con familias tanto en Colombia como muchos lugares del mundo donde se comercializa el producto de estos cultivos. El campesino cuenta con los saberes ancestrales para trabajar la tierra, pero ha sido la necesidad de sobrevivencia que lo ha empujado a priorizar el negocio por encima de sus prácticas milenarias.


Por eso es necesario que en las medidas tomadas por el Gobierno Nacional para la sustitución de los cultivos ilícitos se reconozca la dimensión ambiental y por tanto se impulsen alternativas ecológicamente viables y socialmente responsables, sólo así lograremos que el campo sea una potencia para la nación que implique mayor equi-dad.


Referencia Bibliográfica:

Zimmermann, M. Lourdes. (2016). Bosques en Colombia: víctimas de los cultivos ilícitos de coca. Mongabay Latam. Recuperado de http: es.mongabay.-com/2016/08/bosques-colombia-victimas-los-cultivos-ilicitos-coca/


Natali Sánchez Rojas.




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