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¿Un debate de todos?


En los whatsApp de ambientalistas no paran de llegar informaciones cada una más especializadas sobre el fracking, una palabra desconocida para muchos colombianos. El fracking es una técnica para extraer el petróleo. El término está en inglés y significa fractura, en este caso una fractura hidráulica sobre la roca para extraer petróleo y gas. La técnica consiste en utilizar unos potentes taladros a gran profundidad, usando agua a alta presión y sustancias químicas. La razón para acudir a esta técnica es que muchos yacimientos están en la roca madre, a gran profundidad, el punto es que dicha roca es muy porosa y a la vez impermeable, lo cual significa que el líquido está disperso y es difícil de desenterrar, por eso se ha denominado reservorio no convencional (Stekolschik). Esta definición tan sencilla a simple vista genera una gran discusión porque los ambientalistas consideran que la utilización de esta técnica contamina los recursos hídricos, la atmósfera y no está determinado los efectos sísmicos que pueda generar. Un argumento en contra de esta técnica es que en países como Francia y Alemania ya ha sido prohibida.


El motivo por el cual se está pensando en utilizar las reservas no convencionales de petróleo y gas reside que se estima que nos quedan un poco más de cinco años de reservas petrolíferas convencionales y a lo sumo once de gas. Esta situación prende las alarmas porque se pierde la capacidad de autoabastecimiento y se golpea unos de los renglones más importantes de la economía nacional.


El debate se profundiza cuando ha existido una fuerte tensión entre el Ministerio de Minas (German Arce), el cual considera que es una salida urgente y necesaria, especialmente para el crecimiento económico del país. Mientras que el Ministerio de Medio Ambiente (Luis Gilberto Murillo) considera que la medida no cuenta con las reglamentaciones y controles necesarios para ser operada sin generar efectos adversos en los ecosistemas (El País, septiembre 3, 2017).


En medio del debate han surgido alternativas que plantean que la crisis nos puede servir para invertir en investigación y hacer que se inicie el paso a tecnologías limpias utilizando la luz solar, el viento, en fin; no sólo para no depender del petróleo sino también para tomar medidas efectivas en contra del calentamiento global.


El interrogante de fondo es que siendo este un asunto de suprema importancia se aborde exclusivamente por un círculo bastante especializado y la gran mayoría de colombianos ignore lo que está pasando. Al respecto, es necesario generar espacios formativos, pero también de discusión amplia y ciudadana. Finalmente, los efectos del calentamiento global no es una cuestión que impacte la vida de técnicos, sino que implica la supervivencia humana y por lo tanto una postura ética y política de quienes habitamos el planeta. ¿Será que abrimos el debate?


Fuentes:

El País. Septiembre 3 de 2017. El Fracking: ¿Una salvación o una amenaza para Colombia?. Retomado de: http://www.elpais.com.co/economia/el-fracking-una-salvacion-o-una-amenaza-para-colombia.html


Stekolschik, Gabriel. Explotar a la madre. Retomado de: http://www.geologica.org.ar/archivos_usuarios/Reservorios.pdf


Alfayma Sánchez.




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