Crianza con apego seguro
Cuando llega un hijo al mundo trae consigo todo el amor, la alegría y la sabiduría que una madre necesita para acogerlo en el núcleo de su hogar, sin embargo, hoy en día se habla mucho de lo que debe ser bueno para el bebé en términos de crianza, pero contradictorios a lo que él mismo solicita; frases como “No lo cargues tanto que se malacostumbra” o “Déjalo llorar para que se desarrollen sus pulmones” o “No duermas con él que después no lo sacaras de tu cama nunca”, son lo que escuchamos comúnmente las madres primerizas por parte de la familia y conocimos, claro está, con la mejor intención del caso, pero en el fondo nos sentimos confundidas al dudar si será mejor atender al bebé en su llanto o aplicar las “teorías” de dejarlo para se que vuelva más independiente, hasta donde eso que vemos como lo mejor, ¿no es lo mejor para nosotros y no tanto para el bebe?
El ser humano está catalogado en una de las especies mamíferas del planeta y esto trae consigo que sintamos algunas necesidades implícitas relacionadas con la supervivencia, entre esas necesidades se encuentra el sentirse seguro, acompañado y recibir mucho amor por parte de su cuidador por lo menos en sus primeros años de vida. Sin embargo, en muchas ocasiones vamos en contra vía de estos requerimientos que hace el bebé a tal punto que ponemos tiempos en cada proceso, por ejemplo, la lactancia debe ser hasta los 6meses de vida o al año debe dormir solo en una habitación sin considerar si esto es lo que verdaderamente le hace sentir bien tanto a él como a su madre.
Podemos decir que este tipo de crianza no es un estilo nuevo y aunque lo escuchemos hoy en día con más frecuencia, si nos remontamos unas dos generaciones atrás o más, nuestros abuelos o nuestros ancestros practicaban un estilo de crianza con apego, en donde primaba el porteo ya que por necesidad las mujeres campesinas o indígenas debían llevar a sus labores de campo a sus hijos en la espalda o el pecho, amarrados con telas, permitiéndole a la madre tener sus brazos libres pero teniendo a su bebe cerquita al corazón,incluso la lactancia y el colecho eran parte de su estilo por practicidad.
No cabe duda que la crianza con apego va más allá de practicar colecho (dormir con nuestros bebés), de amamantar, de tenerlos en brazos cada vez que lo pidan o de portear, como lo menciona el Dr.Carlos Gonzales en sus conferencias sobre este tipo de crianza, que estas prácticas estén acompañadas de amor, de atención y dedicación en cada momento que nuestro bebé lo requiera y sobre todo que su madre o su cuidador se sienta bien y conectada con su hijo en cada decisión que tome respecto a este proceso.
Podría apostar que ésta es una de las bases más importantes en la primera infancia para formar seres humanos desde la sensibilidad,desde el amor y el respeto por todas las formas de vida, mostrándoles en cada atención que son seres importantes atendiéndoles a su llamado, finalmente no se quedaran para siempre en casa, en su momento crecerán convirtiéndose en personas autónomas e independientes.
A propósito de la Semana Mundial de la Crianza en Brazos que se celebró del 2 hasta el 8 de Octubre, la invitación está en que nos repensemos la forma en que criamos nuestros hijos, a veces un abrazo o apapacharlos más con amor podría significar mucho más de lo que pensamos en su proceso de desarrollo.
Natali Sánchez R.