Sobre el Derecho al Voto.
El reciente mapa de riesgos publicado por la Misión de Observación Electoral MOE, señala dos grandes tipos de riesgo para las próximas elecciones 2018 para Congreso y Presidencia: (1) por factores de fraude y (2) por factores de violencia. En el primer caso se remite a asuntos tan delicados como la manipulación de los censos, la anulación de votos, la manipulación de tarjetones, la suplantación al elector, la compra y venta de votos, la falta de control y garantías de parte de las autoridades en los escrutinios y en el conjunto de la gestión electoral. En el segundo caso las situaciones remiten al ejercicio de constreñimiento violento para la conducción o desestímulo de los votantes, la presencia de actores armado tutelando o impidiendo la jornada electoral, la práctica del desplazamiento y/o confinamiento de ciudadanos, impidiendo que estos ejerzan su derecho al voto; derecho consignando como una garantía constitucional básica para que funcione la democracia.
El informe que señala una disminución global de los riesgos electorales en el país, liga esta mejoría a los impactos positivos de los procesos de paz; sin embargo los indicadores aportados por la MOE señalan que un poco más del 15% del territorio comporta riesgos, lo cual equivale a cerca de 170 municipios. El indicador sin duda sigue siendo alto, aquí valen las preguntas: ¿qué puede hacer un país para garantizar el derecho al voto de la Mundo País ciudadanía?, ¿qué puede hacer la ciudadanía para defender y concretar el derecho al voto?
A mediano plazo sin duda es necesario garantizar una reforma a los sistemas políticos, de participación ciudadana y electoral; si no se avanza en la gestión de una reforma de carácter estructural los niveles de corrupción de las instituciones y de su funcionamiento democrático seguirán siendo un rasgo penoso pero persistente. En el corto plazo, es decir en las elecciones que se vienen en este 2018, cada ciudadano debe garantizar que no se pierda, que no le compren o vendan, que no le desvíen o le impongan el voto. En ese sentido, además de votar por la mejor opción para cada quien, todas y todos tenemos la tarea de hacernos observadores electorales, para limitar y ayudar a desactivar esa criminal costumbre de parcializar y corromper las elecciones y por esa vía ayudar a generar un nuevo circulo de políticas y acciones públicas que superen las mafias y las redes de cooptación del Estado. La ciudadanía tiene la palabra.
Ver informe de mapas de riesgo 2018, https://moe.org.co/mapa-riesgo-electoral-2018/