El Mundo de la Democracia
¿ Se ha puesto a pensar usted en la democracia como forma de organización política de un país?
Buena parte de las sociedades contemporáneas aspiran vivir en democracia y a perfeccionar sus instituciones democráticas, es este un sistema político imperfecto como todos, pero ha sido abrazado como una forma de dirimir los asuntos del poder estableciendo contrapesos para evitar mandos absolutos y para generar debate pluralista sobre las orientaciones de la sociedad.
Es importante que la sociedad organizada en un Estado tenga división de poderes, el ejecutivo, el legislativo, el judicial. Es importante que ningún sector de la sociedad o casta se tome las instituciones o acapare las decisiones de manera unilateral, es importante que se acepte la alternancia de opciones políticas y que se respeten los énfasis de cada periodo de gobierno, sobre todo es importante que la sociedad, sus diversas expresiones ciudadanas y poblacionales, puedan participar libremente, informadas y sin interferencias, en elecciones transparentes y con todas las garantías para que el voto cuente. Así las elecciones configuran los dignatarios del poder por voto popular y con ellos y sus compromisos programáticos se delinean las políticas y los énfasis de la gestión pública en un periodo de la historia del respectivo país.
Así se busca que funcionen las cosas políticas en el modelo democrático; sin embargo, no siempre así sucede, la democracia suele estar en suspenso por fenómenos como el clasismo excluyente que hace que los sectores más poderosos impongan sus voluntad frente a minorías vulnerables, por el clientelismo y la compra de las conciencias, por la corrupción en el manejo de las elecciones y posteriormente de las instituciones y especialmente por la lógica mafiosa y ventajosa que coloniza la sociedad, tanto en lo público como en lo privado. Estos asuntos suelen desvirtuar la democracia y desestimulan la participación de las personas en la conformación de los poderes públicos; sin embargo, precisamente la única forma de deshacerse estos problemas, es superando la ciudadanía denegada que se pone al margen de la formación del poder, haciendo que cada ciudadano se haga parte del proceso democrático, que participe activamente en la constitución de las instituciones y en la delegación del poder colectivo en representantes a quienes debe pedir cuentas y exigir transparencia en sus actuaciones.
Claramente, esto último es lo que no ha pasado en Colombia; por eso diversas castas de políticos y empresarios mafiosos y elitistas se han tomado las instituciones por un largo periodo, capturando las rentas del Estado para sus intereses particulares y cooptando las instituciones y las formas de organización social, incluso las tradiciones culturales, para perpetuarse en el poder de manera oprobiosa. Salir de esa situación implica una lucha social con la participación en las urnas castigando las prácticas mafiosas, no votando por delincuentes, clientelistas, bandidos, ni vende patrias o genocidas que los hay y muchos entre los aspirantes a cargos públicos. Votando por candidatos y candidatas que entiendan la política como un servicio colectivo y evaluando no solo las personas, sino lo que representan socialmente y los programas que lideran.
Votar puede ser un acto de vocación de cambio, solo basta entender que la democracia funciona si optamos por ella y si ejercemos nuestro pequeño poder que en este caso se traduce en un voto a conciencia, limpio, trasparente, amoroso, respetuoso. Se puede elegir un nuevo Congreso de paz, un Congreso incorruptible, un presidente decente. Se puede…