Presentación Mirador Urbano Regional I
Estamos a la mitad de agosto del año 2017; en los 2.070.408 kilómetros cuadrados de la geografía nacional no hay un clima homogéneo, en algunos paisajes nos acompaña la temporada de lluvias y en otros los calores son sofocantes; un elemento común de estos días en Colombia, en todos sus parajes, es que al atardecer hay fuertes nudos de viento que nos arropan, en el suroccidente colombiano brillan lo soles en el día y bulle la brisa al atardecer.
Otro es el ambiente social y político con sus latencias y sus incertidumbres; en el mundo rural nacional muchos entornos se movilizan, no necesariamente en un mismo sentido, hay paz entre unos agentes del vecindario e iniciativas de inclusión en unos sectores, pero con otras franjas la confrontación armada arrecia y la agenda por la tierra y por la subsistencia se pone más compleja.
En nuestras ciudades, tan llenitas, tan insostenibles, tan siempre a punto de caer, y tan dispuestas a otro amanecer, el milagro es que subsistimos; claro, cada gobierno de urbe colombiana hace un nuevo puente o una nueva carretera; cada periodo de cuando en vez se mejora la calle por la que se atiende a turistas o se crea un nuevo festival que después automáticamente se certificara como patrimonio, para mejorar las formas de venta al debe de la ciudad y la región respectivamente.
Al lado de ese andén del progreso urbano están los reducidos subsidios para los marginados del desarrollo, y los heroísmos cotidianos de grandes grupos humanos para sobrevivir como se puede, casi siempre haciéndole muecas al malestar, sacándole risas al descontento. Por eso quizás poco a poco los acuerdos para coexistir sin violencia que se están implementando en los campos, tendrán también que traer con los días, una pareja que sea la inclusión y los cambios sociales que le hagan aura de vida a las ciudades y regiones colombianas.
Desde ese salón de sensibilidades colectivas, lleno de incertidumbres y expectativas de nuevo país, compartimos el primer número de MIRADOR URBANO REGIONAL, como una apuesta de lecturas cruzadas y diversas sobre el mundo que habitamos. Con el Mirador abrimos seis ventanas que poco a poco iremos presentando y construyendo colectivamente para pensar y habitar el país de los torbellinos al atardecer. Cuando eso hacemos, invitamos no solo a su lectura y circulación virtual, sino también a contribuir a la escritura. Desde estas ventanas que nacen en los días en los que se celebra la del festival del Pacifico Petronio Álvarez, estamos atentos a sus opiniones e iniciativas.
Bienvenidas y bienvenidos.
Equipo Editorial
Santiago de Cali, agosto 15 del 2017
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